Con el permiso de Canarias y Baleares, la comunidad gallega es el territorio con mayor número de islas e islotes de España. Alberga más de trescientas, concentradas en las Rías Baixas y, más específicamente, en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Destacan sobre todo las islas de Ons, Cortegada y Sálvora, sin olvidar sus ínsulas cercanas (Onza, Vionta, Noro, Malveiras, etcétera). Mención especial merecen en galicia las islas cies, formadas por Monteagudo, do Faro y San Martiño, cerca de las cuales encuentran Toralla, San Simón y las Alvedosas.
En las rías de Arousa y de Muros y Noia, el ecoturismo encuentra otras islas de interés, como La Rúa, Arousa, A Creba, Areoso o las Lobeiras. Por su parte, la Costa da Morte compensan su escasez de parajes insulares con la calidad de los mismos: las Islas Sisargas tienen poco que envidiar a los anteriores. Se trata de un archipiélago formado por Sisarga Grande y Chica, Malante y dos islotes de importancia menor, Chalreu y Magnánimo
En las rías de Ferrol y de Ares y Betanzos, se ubica la Isla de Santa Comba, de forma alargada y cinco hectáreas de superficie. Aunque está deshabitada, posee una ermita del mismo nombre. Por su parte, la Isla de San Pedro es una rareza geológica frente a O Portiño, compuesta por cuatro islotes de escasa elevación.
Por atractiva que sea esta colección de islas, su turismo presenta inconvenientes que el común de los viajeros desconocido. Los servicios y comodidad que abundan en otros destinos, brillan aquí por su ausencia, debido al aislamiento de sus poblaciones, inexistentes muchas de ellas (véanse las Sisargas o Sálvora, por ejemplo).
En muchos casos, la necesidad de proteger muchos de sus hábitats impide la creación de vías y transportes públicos. Por tanto, los turistas deben desembarcar en las islas con un calzado y equipo adecuados.