El Puerto de Vigo es un destino frecuente en las rutas marítimas de Europa, África y América. Por su ubicación, es un enclave excepcional que da entrada y salida a un volumen elevado de mercancías y de pasajeros, así como una parada obligada para los turistas que desean explorar cualquiera de las islas del Parque Nacional de las Islas Atlánticas.
Y es que este puerto es desde donde sale el barco para las islas cies, la isla de Ons y otros destinos aislados, inaccesibles por cualquier medio de transporte que no sea el marítimo. Multitud de navieras permanecen disponibles en el Puerto de Vigo durante los 365 días del año, prestando así un valioso servicio no sólo al comercio sino también al sector turístico.
La importancia comercial de este puerto es incuestionable, figurando entre los doscientos mejores del mundo, según datos recientes del organismo Puertos del Estado. Su estatus se debe en parte a los servicios aduaneros que presta y que posibilitan el despacho ágil y eficaz de toneladas de mercancías. Sus servicios logísticos también son notables e incluyen desde el almacenamiento hasta el transporte de bienes.
La accesibilidad por carretera y por líneas de ferrocarril también es sobresaliente en el Puerto de Vigo. Estos accesos, que mantienen conectado el puerto con el resto de la nación, se complementan con un aeropuerto de nombre homónimo situado a ocho kilómetros, es decir, de diez a quince minutos en coche.
Como otros principales aeropuertos del mundo, el de Vigo cuenta con un Departamento de Sostenibilidad que ha limitado el impacto de la actividad portuaria en el medio ambiente. En este aspecto, sus objetivos persiguen una mejora de las instalaciones, combatir la acidificación de mares y océanos y reducir la huella de carbono y la contaminación acústica. Sin lugar a dudas, un puerto marítimo de referencia para el resto de países.